Volver a publicar recetas en el blog, es uno de los propósitos que me marqué cuando empezó este nuevo año, y aunque ya ha pasado un mes, aquí estoy! Sí, he vuelto. Después de tantos meses... pero es que le he dado un giro radical a mi vida: en abril de 2019 abrí mi tienda física: La Tata. Siiiiii! Un sueño hecho realidad y del que estoy disfrutando muchísimo. Mucho trabajo, sí, pero muy feliz.
Talleres de cocina para niños y adultos, venta de material para hacer repostería, pasteles por encargo, talleres de cocina particulares, cumpleaños, caterings y bizcochos y magdalenas hechos con mucho amor para degustar cada día en porciones.
En realidad, un poco de todo, no hay lugar para el aburrimiento!
Además he tenido la suerte de recibir uno de los dos premios que otorgan en mi ciudad, Rubí, a la Mejor Iniciativa Comercial 2019, y eso sin haber cumplido ni un año en la tienda. Un subidón total!
Además he tenido la suerte de recibir uno de los dos premios que otorgan en mi ciudad, Rubí, a la Mejor Iniciativa Comercial 2019, y eso sin haber cumplido ni un año en la tienda. Un subidón total!
Pero vamos a lo que vamos, os traigo una receta nueva. Y es que poder hornear durante todo el día, me abre la imaginación y pruebo nuevas combinaciones, como la de hoy.
A petición de mi sobrina Carolina, y para celebrar su cumpleaños, he hecho este pastel que ha resultado estar la mar de rico y con un sabor muy original.
Ingredientes
Para el bizcocho
3 huevos
200 gr. de azúcar
125 ml. de leche o 1 yogur (puede ser vegetal)
125 ml. de aceite de oliva suave
180 gr. de harina
20 gr. de cacao en polvo sin azúcar
2 cucharaditas de levadura
1 pizca de sal
1 cucharadita de pasta o esencia de vainilla
Un buen puñado de pistachos cortados en trocitos
Para la cobertura y decoración
200 ml. de nata vegetal (yo utilizo la marca Ambiante de Puratos)
1 cucharadita de pasta o esencia de vainilla
2 cucharadas de té matcha en polvo
Más pistachos en trocitos
Flores comestibles (yo he utilizado pétalos de rosa)
Precalentamos el horno a 180º (160º si es de aire), y preparamos el molde que vayamos a utilizar engrasándolo con spray antidesmoldante o untándolo con mantequilla y espolvoreándole harina.
En un bol batimos a máxima velocidad, los huevos con el azúcar hasta conseguir una crema blanquecina y consigamos duplicar su volumen. Bajamos la velocidad e incorporamos la leche o yogur y el aceite. Batimos apenas unos segundos para que se mezcle todo bien. Incorporamos la vainilla y la pizca de sal.
Añadimos la levadura, el cacao y la harina tamizadas, y batimos suavemente hasta que esté todo bien incorporado. Por último, añadimos a la mezcla los pistachos a trocitos y mezclamos.
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 45-50 minutos o hasta que esté doradito y al pinchar con un palillo salga limpio.
Cuando lo saquemos del horno, lo dejaremos enfriar 10 minutos antes de desmoldarlo.
Dejaremos que enfríe completamente antes de decorarlo.
Para decorar el pastel, montaremos la nata (debe estar fría). La nata Ambiante ya está azucarada.
Mezclamos una parte de la nata con el té matcha tamizado para el relleno.
Con el resto de la nata, cubriremos el pastel y decoraremos con los pistachos, las flores comestibles y en mi caso, también le he puesto unos macarons de pistacho.
Os aseguro que la mezcla de sabores lo convierte en un pastel delicioso.